S I S T E M A
D I G E S T I V O

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En este aparato se lleva a cabo el proceso de la digestión que consiste en ingestión, digestión, transporte y absorción del alimento. Estos procesos pueden ser realizados a través de la secreción de hormonas y enzimas.

 

El Aparato Digestivo

El Aparato Digestivo Humano consta de dos partes: tubo digestivo (cavidad bucal, faringe, esófago, estómago, intestino delgado e intestino grueso) y glándulas anexas (glándulas salivales, hígado y páncreas).

 


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Aparato digestivo

La Boca

Ubicada en el tramo inicial del sistema, adopta un formato oval en su diámetro anteroposterior (corte sagital medio). Se halla dividida en dos sectores por los arcos dentales. Sus límites topográficos son: en la parte superior el paladar; en la parte inferior la lengua y base bucal; y a los lados por los dientes, encías y mejillas. El paladar separa la boca de la cavidad nasal para evitar que las materias alimenticias pasen a la cavidad nasal. La lengua, dientes y glándulas salivales funcionan en la ingestión y digestión; en el hombre, la lengua y dientes sirven también para articular el lenguaje.


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Cavidad bucal

El órgano sobre el que se apoya el sentido del gusto es la lengua. La lengua es un músculo grueso y carnoso recubierto por una mucosa que presenta diversas granulaciones y finos surcos perceptibles a simple vista. En la parte axial de su cara superior se observa un surco longitudinal que va desde la punta hasta más allá de su mitad, seguido de dos series de granulaciones bastante grandes, que convergen en el eje de la lengua y forman una V al revés a la que se llama uve lingual. Por su cara inferior, la parte anterior de la lengua tiene un repliegue mucoso, que la une a la mucosa bucal: es el frenillo de la lengua.

 

La mucosa que recubre la lengua es asiento de numerosos pequeños órganos más o menos mamelonares, llamados papilas gustativas, que nos permiten apreciar el sabor de los alimentos que ingerimos. Son de diferente forma o aspecto: filiformes, de textura filamentosa y que ocupan toda la porción de la cara dorsal situada delante de la uve lingual; fungiformes, en forma de hongo, rojizas, muy visibles y en número de unas 150 a 200, calciformes, que constan de un botón central rodeado de un surco dando forma a la uve lingual.
Para que una sustancia tenga sabor debe ser total o parcialmente soluble en la saliva.

 

Sólo podemos percibir cuatro sabores: el amargo, el dulce, el ácido y el salado. El amargo se aprecia en la base de la lengua; el dulce en la punta; el ácido en la punta y los bordes; y el salado en toda la superficie.


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Localización de las papilas gustativas y los sabores

 

Ciertas áreas de la lengua son insensibles. Los sabores complejos de los alimentos, como el sabor a pescado, a ajo, a vino, etc; son el resultado de la unión de sensaciones gustativas con las olfativas; por eso cuando estamos resfriados la comida nos parece insípida.

 

Los Dientes


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Clases de dientes y estructura dental

Teoría sobre los dientes

La Faringe

Es un conducto de unos 13 cm que está en contacto con la laringe (perteneciente al aparato respiratorio) y que por medio de una válvula, la epiglotis, cierra la entrada del bolo alimenticio a las vías respiratorias. La faringe se comunica con las fosas nasales, los oídos y el esófago.

El Esófago

Es un conducto musculoso, dirigido directamente hacia abajo, desde la faringe al estómago. La contracción de los músculos de la pared de la faringe y la presencia del bolo alimenticio en la porción superior del esófago provocan una onda contráctil, única, rítmica y potente de las paredes del esófago llamada onda peristáltica que impulsa el bolo hacia el estómago. Su comunicación con el estómago está regulada por un anillo de músculo liso llamado esfínter, lugar donde se produce la popular hernia diafragmática.

El Estómago

Está situado a la izquierda del abdomen, debajo de las costillas, inmediatamente por debajo del músculo diafragma, que es el que separa el tórax del abdomen. Se divide en tres regiones, una superior o región del cardias, una media o fondo y otra que se extiende hasta la apertura del intestino delgado llamada región pilórica.


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El estómago

Las capas musculares del estómago son muy gruesas y tienen fibras diagonales, circulares y longitudinales. La mucosa del estómago contiene millones de glándulas gástricas microscópicas que secretan mucus y jugo gástrico (con enzimas y ácido clorhídrico).

Los Intestinos

Intestino Delgado: En esta porción ocurre la mayor parte de la digestión enzimática y casi toda la absorción. Es un tubo arrollado, de unos siete metros de longitud y de aproximadamente algo más de dos centímetros y medio de diámetro. El intestino delgado se subdivide en duodeno, yeyuno e íleon, que se continúa con el intestino grueso por medio de la válvula ileocecal.

Intestino Grueso: En él continúa la absorción de agua del quimo y gracias a sus glándulas segregantes de moco, que protege al epitelio, lubrica las heces y neutraliza los productos ácidos del metabolismo bacteriano. El intestino grueso está ubicado en el abdomen, tiene forma de U invertida. Continúa al intestino delgado y debe su nombre a que su diámetro es mayor y sus paredes más gruesas que el segmento precedente. Comienza con una dilatación cerrada llamada ciego de la que parte un tubo en forma de gusano, el apéndice vermiforme: su inflamación es dolorosa si no se trata a tiempo. A continuación, el intestino grueso recibe los nombres de colon ascendente, traverso y descendente según su dirección.


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Los intestinos

El tubo digestivo acaba con una corta porción, el recto, que por el esfínter anal se comunica con el exterior. El recto recibe los desechos provenientes del colon para su expulsión definitiva. La distensión del recto y el estímulo resultante de los nervios de sus paredes es lo que despierta el deseo de defecar; si este aviso se desatiende, el recto se adapta al nuevo tamaño, el estímulo se reduce y por fin desaparece.

Glándulas Digestivas

En la transformación de las sustancias alimenticias en asimilables toman parte, por medio de sus fermentos característicos, las glándulas digestivas. Las salivales están formadas por tres pares: las parótidas, muy voluminosas cuya inflamación origina las "paperas"; las sublinguales, colocadas debajo de la lengua, y las submaxilares.

 


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Localización de las Glándulas Salivales

 

El Hígado

Es una masa glandular rojo-oscura, segrega la bilis que interviene en la digestión de las grasas y ayuda a la digestión al neutralizar el quimo ácido del estómago. Es uno de los órganos más voluminosos del organismo humano y se comunica con el intestino delgado.

La Vesícula Biliar

Es una glándula ubicada atrás del hígado, está delimitada interiormente por el epitelio vesicular biliar y produce los componentes de la bilis.

El Páncreas

Es una masa irregular de tejido (de color grisáceo y alargado) situada entre el estómago y el intestino delgado. Consta de tres partes: cabeza, cuerpo y cola. Secreta el jugo pancreático que contiene enzimas que intervienen en la digestión de las grasas, de las féculas, de las albúminas y en la hidrolización de proteínas, grasas, ácido nucleico y carbohidratos. También secreta insulina y glucagón que vierte en la corriente sanguínea y es independiente del jugo pancreático que interviene en la digestión.

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Glándulas Anexas

Las glándulas que ejercen su función en el estómago segregan el jugo gástrico, que contiene ácido clorhídrico. Además, existen millones de glándulas intestinales que originan el jugo entérico, cuyos fermentos acaban la digestión de los alimentos.

 

Jugos Digestivos

Jugo Pancreático: es un líquido incoloro, viscoso y ligeramente opalescente que contiene sales y enzimas. Las principales sales son el bicarbonato de sodio y el cloruro de sodio. Las enzimas que contiene son: tripsina, amilasa y lipasa que actúan en ambiente alcalino y se encargan de degradar las proteínas, almidón y grasas neutras. La secreción del jugo pancreático comienza pocos minutos después de haber tomado el alimento y aumenta rápidamente, durante cerca de tres horas.

 

Jugo Intestinal: el principal estímulo para su secreción es la presencia del quimo en el segmento intestinal. Lo conforman diversas enzimas: erepsina, lipasa, amilasa, sacarosa, maltasa, lactasa y nucleasa cuya función es la de continuar con la degradación molecular que se lleva a cabo en el proceso de la digestión.

 

Bilis: para que la digestión pueda desarrollarse regularmente en el intestino es necesaria la presencia de bilis, líquido de color amarillo-verdoso, segregado continuamente por las células hepáticas (hígado). Los principales componentes de la bilis son: sales biliares, ácidos grasos, colesterol, mucina, pigmentos, sales inorgánicas y agua. Y sus principales funciones en el intestino consisten en la digestión de los lípidos y en la absorción de las grasas y de las vitaminas liposolubles (vitamina A y D).

 

Dinámica de la digestión

La digestión se inicia en la boca y termina en el recto.
En la boca se llevan a cabo los primeros pasos de la deglución: la trituración de los alimentos, a la que sigue la insalivación (secreción de las glándulas salivares). La saliva transforma el almidón en dextrina y azúcar y une los fragmentos de los alimentos masticados en un único cuerpo que es el bolo alimenticio.
El bolo alimenticio es lanzado desde la lengua hasta el borde de la garganta y luego, por los músculos faríngeos, al esófago, a través del cual, mediante una serie de movimientos peristálticos, desemboca en el estómago. En éste se encuentra el jugo gástrico que contiene ácido clorhídrico y dos fermentos que son la pepsina y el coágulo; la pepsina junto con el ácido clorhídrico transforma la substancia albuminosa en substancia absorbible; el coágulo fermenta la leche. Al contenido del estómago e intestino delgado se les da el nombre de quimo. En el estómago, el almidón y las sustancias amiláceas prosiguen las transformaciones que la saliva comenzó y el jugo gástrico completará en el intestino.
El quimo sufre entonces una serie de transformaciones a lo largo del intestino; la primera de ellas por efecto del jugo pancreático (segregado por el páncreas) que, con uno de sus componentes, la esteapsina, actúa sobre las grasas neutras, mientras que otro componente, la tripsina, actúa sobre las sustancias proteicas. El quimo también se pone en contacto con la bilis, segregada por el hígado, que, además de una acción sobre las sustancias proteicas, ejerce una importante acción emulsionante sobre las grasas alimenticias, así como una acción antiputrefacción sobre las sustancias alimenticias nitrogenadas; ésta tiene el poder de reforzar los procesos digestivos intestinales.
El jugo entérico, por último, que no actúa sobre las sustancias proteicas, contiene la quimosina que coagula la leche, y la invertina que actúa sobre el almidón. Todas las sustancias no utilizables son expulsadas a través de la desembocadura del tubo digestivo. A la digestión sigue la absorción del material no elaborado, llamado quilo.

El fin del proceso digestivo es el de transformar los alimentos digeridos en sustancias solubles fácilmente difusibles y absorbibles. La absorción del quilo se hace a través de numerosos vellos que posee la mucosa intestinal: cada uno de ellos contiene un capilar rodeado por pequeños vasos quilíferos en los cuales penetra la grasa. Una vez en circulación, el quilo llega a la sangre y se pone en contacto con las distintas células. Los vellos intestinales se encuentran en el intestino delgado y están durante la digestión en continuo movimiento, alargándose y acortándose por acción de las fibras musculares, de las que están provistos.

En el intestino delgado tiene lugar la absorción de agua y sales, de hidratos de carbono en forma de glucosa (azúcar simple); de las proteínas en forma de aminoácidos y de las grasas como ácidos grasos. A continuación, en la primera porción del intestino grueso (intestino ciego), se realiza la absorción casi total de las sustancias que han pasado del intestino delgado; los principios alimenticios se reducen al 5% de su contenido inicial.
En el intestino grueso el material intestinal se hace más consistente y se ve expuesto a escisiones fermentativas de las amidas y a escisiones putrefactas de las proteínas; en este nivel tiene características de heces líquidas. Los productos de la putrefacción, que son notablemente tóxicos, son inocuos para la actividad del hígado, que los transforma en productos que, a su vez, son eliminados por la orina. Las escisiones fermentativas y putrefactas son obra de la flora bacteriana intestinal; estas bacterias no se encuentran en los segmentos anteriores del aparato digestivo debido a que la acidez del jugo gástrico hace imposible su supervivencia en los mismos. En el intestino grueso también se desarrolla la absorción del agua contenida en el material líquido formando una masa más consistente, y las glándulas de la mucosa segregan un moco que sirve para lubricar la masa fecal que debe pasar del intestino al recto. La progresión de esta masa se hace a través de movimientos peristálticos distanciados en largos intervalos.

La defecación es un acto reflejo, pero se puede controlar (hasta cierto punto) por la voluntad. Las heces, en el momento de su expulsión, están formadas en un 65% de agua y el resto de bacterias en gran cantidad (en su mayoría muertas antes de su eliminación), por sustancias derivadas de la escisión, fermentación y putrefacción, productos de la secreción intestinal, pigmentos biliares y sales minerales.

 

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